Ayer fui al cine con dos hermanos a ver la secuela de una película animada que me cae muy en gracia por la participación de un panda, maestro en kung fu. Es la tercera o la cuarta ocasión que la veía, sin embargo esta ocasión fue distinto y no tanto por la tecnología 4D que me hizo casi marear, sino porque iba con la disposición completa de volver a reírme de todas las situaciones humorísticas que se presentan.
Ahí en medio de las risas y carcajadas uno de los personajes hace una afirmación muy interesante a mi amigo el Panda Po, siento no transcribir la palabras tal cual porque no las escribí en su momento, pero a grandes rasgos le decía que la identidad de una persona no depende de algo que ha sucedido en el pasado, sino que realmente consiste en lo que a futuro se empeñe uno mismo por construir. ¡Excelente idea maestro shifu! ojala y los millones de personas que vieron esta película, además de las muy agradables risas se hayan llevado grabado eso en su memoria y su conciencia. Porque si a esta recomendación le agregamos el sentido de nuestra fe, nos daremos cuenta que nuestro futuro cuenta con la compañía de Dios y como final de nuestro destino esta la unión completa y perfecta con él, que es nuestra verdadera felicidad.
Y es que resulta que hay una gran cantidad de humanitos que van caminando por la vida con heridas abiertas que no han querido dejar cicatrizar. Así, un regaño o un mal testimonio de nuestros padres, un golpe, el estrago de la pobreza, una violación, la muerte injusta de un ser querido, un rechazo, una enfermada personal o de alguien que se estima, se convierte en nuestra vida en una ulcera cancerosa que, a decir verdad, muchas veces nosotros mismos no dejamos que sea curada, en el mejor de los casos por Dios.
Aun lo mas terrible que nos pudiera haber sucedido en nuestra infancia o juventud no puede ser motivo para destruir el resto de la vida que queda. Es necesario aprender a construir sobre ruinas. Es necesario aprender a caminar con cicatrices, orgullosos de haber salido adelante. Para quienes creemos en Dios podemos presumir que él estuvo a nuestro lado sufriendo y al mismo tiempo curándonos y levantándonos de cualquier difícil situación. Pero eso de nuestra disposición. De la capacidad de reconocer que la persona que verdaderamente tiene el poder para destruir nuestra vida somos nosotros mismos y nadie más. Vivamos con esperanza y fortaleza nuestra vida, que si estamos a unidos a Dios nadie podrá vencernos.
Fue bueno ir a ver nuevamente a Po y al maestro Shifu pero no espero verlo próximamente. Algún día necesitare reírme un rato y lo veré, pero al que sí tengo que ver cada día es a Dios, mi Padre, mi Maestro y mi Señor, para recordar que "Todo lo puedo en Aquel que me fortalece"
Saludos y bendiciones a todos. Busquen la felicidad y llénense de Dios.
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